
Como dice el gran Paul Auster
"Todo puede cambiar, en cualquier momento, de repente y para siempre".
Phillippe cambia la vida de Driss, para siempre. Driss cambia la vida de Philippe, que ya de por sí había cambiado de repente, y para siempre. Y "Intouchables" cambia al espectador, de repente y para siempre.
De repente alguien te enseña a apreciar el arte y ya no puedes entrar en un despacho sin que se te vayan los ojos hacia un Dalí colgado en la pared.
De repente alguien te comparte sus gustos musicales y te descubre todo un nuevo abanico de melodías que enriquecerán desde entonces, y para siempre, la banda sonora de tu vida.
De repente alguien irrumpe en tu vida y la cambia, para siempre.
De repente, tu vida es mejor. Y la de esa persona también. También de repente. También para siempre. Porque tú has irrumpido en la suya. Con todo eso que le aportas. Con tus riquezas y tus carencias... Y eso es... Intocable.
Un canto a la amistad, a la solidaridad, a la entrega personal, a la generosidad... Con los coros maravillosos de una banda sonora excepcional, elegida con tino, unos personajes entrañables.
Yo no me la perdería. Y... llevaría calzado cómodo, porque si os pasa como a mí: los pies se os moverán solos en el patio de butacas y saldréis a la calle bailando.
Y con una sonrisa de oreja a oreja. De repente. Y para siempre.
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